lunes, 7 de julio de 2008

A san Fermín pedimos, por ser nuestro patrón...

Por fin llegó el día de san Fermín. Me encantan los encierros y desde hace muchos años los sigo por televisión.
Las corridas de toros no me gustan y no me cuesta trabajo hablar con quienes si que les gustan; igualmente hablo con gentes de derechas, de izquierdas, más bajos y más gordos que yo, incluso (dios mío) ¡con mujeres! Si no me para alguien cualquier día voy a hablar hasta con los curas.
A lo que voy, voy. Disfruto viendo cómo, quienes saben correr un encierro, se meten entre las palas de un animal imponente para en un momento desaparecer y dejar a otros mozos hacer su carrera.
También disfruto como un enano viendo a los "patas" vareados y empujados fuera del recorrido.
Tendríamos que aprender una lección de estas carreras y echar a un lado a todos los patas que nos ponen la zancadilla metiéndose en carreras que no les corresponden.
Humanidad en estado puro; cientos de borrachos de diversas nacionalidades estorbando a corredores y toros. Al rato de terminar el encierro alguno de esos borrachos cogerá su coche y seguirá estorbando (probablemente a la vida y tranquilidad de alguien).
Bueno, esto es lo que me ha inspirado acordarme de san Fermín mientras escuchaba en directo a Lenny Kravitz en Rock in Rio.

Salu2