viernes, 9 de enero de 2009

Memoria Histórica

Esta es la carta de contestación a un buen amigo cuando me envió uno de esos "pps" tan bonitos que circulan por la red.
Por supuesto a mi amigo lo sigo queriendo como antes. Espero que él a mí también.

Hola amigo:

Verás (todo esto te lo voy a decir desde el cariño) me toca bastante los cojones que siente tan mal lo de la memoria histórica; quizás está mal planteado (o mal explicado) porque esta soplapollez es para "las dos Españas", para lo buenos y los malos (pon en cada lugar a quien prefieras, yo, particularmente, no pongo ni a unos ni a otros).
Lo que me toca más los cojones es que difundamos estas majaderías, escritas por gentes que no conocemos, que no sabemos su "realidad" ni con qué base documentada hablan. Yo mismo mañana te podría enviar un dossier con información confidencial de Millán Astray, Pita Da Veiga, Gutiérrez Mellado e incluso de Adolfo Suárez y de Felipe González para que la hicieras circular.
Me da exactamente lo mismo el "bando" que lo mande, soy plenamente consciente de que hijos de puta los hubo, los hay y los seguirá habiendo en cada una de las Españas en las que queramos dividir nuestra querida piel de toro.
Este soplagaitas que ha escrito esto desde su más profunda Fé podía haber tenido la misma PUTA MEMORIA HISTÓRICA para recordar a los fieles y a los sacerdotes que, en menor número, fueron ajusticiados (jajajaja ¿justicia divina?) por el "otro bando". Me imagino que bajo los dos dedos de frente de los "justicieros divinos" no entraba el que un cura creyera en Dios y a la vez fuera rojillo. ¡Qué lástima!
En fin, como a mí de lo que me gusta hablar es de lo que conozco (aunque hay veces que me pierdo) te puedo contar que mi abuelo paterno trabajaba en el diario ABC de Madrid. Poco antes de estallar la guerra le enviaron a ABC Sevilla; allí, después del glorioso alzamiento, como quiera que Sevilla estaba en zona nacional sentó mal que estuviera por allí haciendo su trabajo un trabajador del ABC de Madrid (que por supuesto tenía que ser rojo). Afortunadamente, se cruzó con ellos alguien con dos dedos de frente bien utilizados (digo con ellos porque con mi abuelo estaba otro compañero de Madrid) que les avisó de que al día siguiente "iban a por ellos para darles pasaporte".
Aquella misma noche se fueron de Sevilla y andando llegaron hasta Madrid. Mi pobre abuela siempre contaba lo flaco y lleno de pulgas que llegó mi abuelo a casa.
Como ya he contado por algún sitio, en el año 1979 me obligó a cantar el "cara al sol" un hijo de cristo rey.
Por lo de mi abuelo y por lo propio yo no voy dándo de tortas a los putos fachas; voy un poquito más allá, con mi pequeña memoria histórica. Pequeña y necesaria en cada uno de nosotros y de manera colectiva, más que nada para seguir intentando que los putos políticos no nos metan en otro 1936.

Un abrazo de los grandes, de los de amigo de verdad.