domingo, 27 de septiembre de 2009

Odio las comparaciones

Las he odiado siempre, desde que en mi niñez/pubertad/juventud mi madre utilizara las putas comparaciones para intentar un cambio en mi conducta (estudios). Siempre fui un mal estudiante, pero compararme con uno de mis primos, al que sólo con abrir el libro se le quedaban grabadas las cosas, o con el hijo de unos amigos que gracias a los "detalles" con los profesores aprobaba... no acabé odiando a ambos porque supe darme cuenta del chantaje. Tampoco quedé "tocado" emocionalmente. Y a mi madre se lo disculpo (quizás más desde que soy padre) porque ella quería lo mejor para mi futuro.
Desde entonces mi futuro ha dependido de muchas y enrevesadas variables...

Todo esto os lo cuento porque hoy han regresado a mi mente los fantasmas del pasado a través de la televisión. Estaba viendo las cansinas noticias del Telediario cuando de repente (bueno... el Telediario siempre es de repente) aparece Pepe Blanco (el cantante no, el otro) comparando a los países nórdicos (18% de IVA) con España (40% de salarios más bajos). Decía que era lo conveniente para un estado moderno.

Señor ministro, dos cositas:
1) Para ser moderno no es siempre necesario gastarse más dinero, máxime cuando no se tiene; por ejemplo, usted y yo somos de la misma edad, yo tengo bastante menos dinero que usted y sin embargo me veo más moderno (en varios aspectos). Es probable que no sea el momento de "parecer" más modernos so pena de pasar por unos lamentables "quiero y no puedo". De momento ya me parece bastante modernez estar en el G20.

2) Una de cal y otra de arena, o no estoy de acuerdo con Rajoy. Me explico. Siempre he pensado que los gobiernos, sean del signo que sean (suponiendo que haya signos...), deben hacer aquello que les toca. Dado que estamos a merced de una sociedad de consumo las medidas excepcionales parecen más lógicas en un partido como el PP que en el PSOE. La solución podría estar en el cambio de siglas, eso sí sería algo moderno. Yo le propongo la supresión de la "o", o más moderno todavía la supresión también de la "ese".
Que don Mariano nos cuente que don José Luis no ha cumplido su palabra electoral me parece de risa (risa floja, por supuesto). A estas alturas del partido supongo que la mayoría de los españoles ya sabemos que las promesas se las lleva el viento de los tiempos.

Sabias palabras aquellas que dicen que las comparaciones son odiosas. Yo no me canso de insinuarle a mi hija a quién no se debe parecer y tampoco me canso de decirle que ni todos son obreros, ni todos populares ni mucho menos unidos.

Salu2