lunes, 24 de octubre de 2011

Varietés Variadas

Otro mes tachado del candalario y los malacotones podriéndose en la fragoneta. Vaya con el payo!

Mis queridos niños y niñas, después de la gilipollez que me caracteriza en la entrada, toca hacer reflexión de lo acontecido en los últimos días y horas. Hay tres finales, a saber...

Empezaré por la ETA, que ha anunciado el fin de sus días de terrorismo para poder empezar a tener alguna credibilidad en los fines reales de sus cincuenta años de campaña.
Estos días he oído todo lo que han dicho unos y otros sinvergüenzas y el único que ha dicho algo verdaderamente interesante ha sido el dirigente de IU, Cayo Lara. Vino a decir que estos mangarrianes tenían que haber dejado la violencia al morir Paquito patascortas. Y no le falta razón; aquél fue el momento en que, como otros, tenían que haber luchado por sus ideales del lado de la democracia, pero... si vendo farlopa y me va bien pa qué quiero trabajar...
Ahora viene Marianico el corto y casi como que se apunta el tanto. Tiene que estar que muerde, porque este anuncio le roba un buen puñado de votos. Otra cosa es que se den los pasos con cautela. Este anuncio no significa nada más que lo que es. Cerrar una etapa (sin duda negra) para dejar que quienes han iniciado el proceso democrático a la independencia de Vascongadas tengan la oportunidad de ver que la mayoría de los vascos no quieren la autodeterminación, y eso se tendrá que ver en un referendum, como no puede ser de otra forma.

El segundo tema que quiero extirpar de mi cuerpo se llama Gadafi. Bien muerto está, pero quizás no ha sido la forma más oportuna de matarle.
Mucho me temo que el final de la historia Libia no va a ser tan constructiva como en Túnez. Ya se verá con el tiempo, pero el ejemplo de Turquía parece el más apto para democratizar el norte de África.

El tercer final es la crónica de una muerte anunciada, la de Marco Simoncelli.
Si la memoria no me falla (estamos en el año internacional del Alzheimer) ya dije que este elemento se merecía una sanción severa por parte de la organización del Campeonato Mundial de MotoGP. Recordar debo que por culpa de Simoncelli Dani Pedrosa no está mejor situado en la clasificación general y que varios pilotos se han visto afectados por la temeridad, que no valentía como he oído hoy, de este piloto.
Adjudico la responsabilidad de su muerte a los organizadores del Campeonato a la vez que me alegro de que no se haya llevado más que la propia vida. Quizás esta vez no haya sido el accidente producto de su forma de pilotar, quizás por eso, por inesperado haya tenido el desenlace que ha tenido. Por quien más lo siento es por Collin Edwards, por haber sido verdugo involuntario.
No es que me alegre de su muerte, quizás una fracturilla que le hubiera retirado de las motos... No soy malo. Tampoco soy hipócrita.

Salu2 y hasta el mes que viene... o no.