jueves, 17 de enero de 2008

Meteoro. Mis queridos años 80

Ayer leí en el diario gratuito Metro una columna llamada Mando yo, firmada por “algo” llamado Pili y Mili. Venía a decir que “los años ochenta no fueron guays, que no molaban nada, que eran una horterada y que vale ya de darnos la brasa con las batallitas. Son como abuelos pesados”.
En concreto se refería al nuevo programa de Corbacho “Peta-Zetas”, que, por lo que tengo entendido (ya que no lo he visto), trata de dar un repaso a décadas pasadas.
Dice Pili y Mili que “Peta-Zetas no es más divertido que una partida de dominó en el Centro de Día en mi barrio”.
Teniendo en cuenta estos datos, puedo decir lo siguiente:
Lo que ha pensado Pili y Mili para escribir siete líneas. Menos mal que es fruto de dos cerebros, si hubiera sido sólo Pili o Mili no habría desarrollado tanto.
Por otra parte. Llamándose Pili y Mili (actrices españolas de los años sesenta) me asaltan dos cuestiones y media. La primera es que si es/son de esa época entiendo que la década de los 80 la llevara sin pasión. Y la segunda (más posible). Si es/son tan joven como para no haber vivido aquel momento: a) el pseudónimo que se ha colocado ¿es porque se identifica más con los 60? Entonces es una petarda/o-as/os. La media (cuestión) es que si no vivió esa década no tiene derecho a opinar de ella, puede criticar al programa, pero los 80 fueron mucho más que “hombreras, crepados y pantalones nevados”. Fue un espacio de libertad necesario para todo tipo de expresiones.
Hasta entonces los únicos que se divertían (vuelvo a exagerar) eran los niños pijos, que salían de copas por Aurrerá y toda la zona de Moncloa-Plaza de España. Pero en los 80 empezamos a salir todos a todas partes y si nos apetecía ir con pantalones rotos (se vuelven a llevar) lo hacíamos. Nos saludábamos chicos y chicas con un pico (sin mariconismos) empezó a oírse música de fuera en todas partes, no solo en Barcelona o en círculos “selectos”.
Yo iba todas las tardes a Meteoro, un disco bar. Allí nos juntábamos de izquierdas, derechas, pelos de pincho, repeinados. Bailábamos canciones tiernas de FR David más o menos agarrados y saltábamos con Duran Duran. Celebramos la fiesta de cierta marca de cerveza y el concurso de resistencia ¡lo ganó una chica! Después nos llevamos a mi amigo Juan Carlos al Clínico…
Sí, querida/o-as/os Pili y Mili, somos abuelos pesados (de hecho teníamos 18 o 20 años y alguno ya es abuelo). Y podemos presumir de ser vivientes y supervivientes de aquél tiempo que no se ha repetido en cinco lustros. Por supuesto que desde entonces se han hecho cosas fantásticas, pero el fenómeno de esa época en los ámbitos sociales y culturales no se ha vuelto a dar.
Despegaron todo tipo de artistas y los que lo disfrutamos nos enteramos que tanto fuera de España como dentro se hacían cosas distintas de a lo que estábamos acostumbrados.
En fin, Pili-mili, sigue con las partidas de dominó. Es posible que con el pito doble tengas más criterio.

Salu2

Aquí tenéis la columna entera de esta/o sobrada.
http://www.readmetro.com/show/es/Madrid/20080116/1/23/

2 comentarios:

el viejo más viejo del palco dijo...

Tiempos de bonobús con derecho a whopper y de comas etílicos, de cinturones blancos de loneta y de jerseys por dentro del pantalón, de Sanisisdros gloriosos en el parque del oeste y de accidentes con coches de matrícula gabacha.

Tiempos de "V", de litronas de Mahou y de "agüila", del CIC, de ouijas, de la Pan-Am...

¡Ains!

Natacha dijo...

He llegado a pensar que en la gloriosa época de los 80 se agotaron las ideas.
¿Te has parado a pensar que hay después? Nunca ha vuelto aquella explosión de creatividad a tantos niveles. Se ha dejado de crear música, pintura, escritura y los que siguen triunfando, siento decirlo son cuarentones de nuestro tiempo, que eran tan buenos, que no ha venido casi ningún jóven (tan listos que son) a desbancarles en radio, televisión y prensa, por poner un ejemplo.
Está muy bien llamarnos abuelos, pero tendrán que reconocer que somos unos abuelos que, además de las edad, les doblamos en casi todo.
Chavales, listos a ver si os ponéis las pilas y tomáis el relevo. Que hay que pagar las pensiones de estos, vuestros abuelos cansinos.
Un saludo
Natacha.