sábado, 19 de enero de 2008

¡Mi padre! Los periolistas

En general, a los periodistas (que no son todos los que escriben en los periódicos) les tengo manía por dos cosas.
La primera es por la facilidad que tienen para sacar conclusiones sin pararse a pensar en la responsabilidad que tienen como INFORMADORES. El crítico tiene su función y el analista la suya, los demás son corre-mira-di.
La segunda es por cómo escriben. No saben componer una frase. Les da lo mismo poner "viejo amigo" que "amigo viejo".
La mayoría se ha "sajonizado" y eso para nuestro idioma es un cáncer que deberíamos extirpar.
Mi padre trabajó de tipógrafo y linotipista (véase tipografía y linotipia) en el diario ABC durante cuarenta años, pero los últimos meses de trabajo fueron tareas de corrector las que realizó (lo prefería antes que ponerse a trabajar con los nuevos sistemas electrónicos y “satánicos”). Lo veía cabreado cuando llegaba a casa y era porque veía que cada vez se escribía peor y porque que la suya iba a ser, probablemente, la última “hornada” de correctores.
Me contaba cosas de éste o aquél columnista, escritores de gran nombre y prestigio, que no consentían que se corrigieran sus textos porque perdían su “identidad”. No señor. Ustedes habrán sido unos grandes escritores, indudablemente, pero también, en la misma medida, incultos, irresponsables e irrespetuosos con el idioma que transportaba sus pensamientos.
Tú que estás leyendo esto, ¿estás delante de un ordenador, verdad? Fíjate en el teclado. A la izquierda la “d”, a la derecha la “l”. No me he equivocado en el título.
Yo no escribo bien, lo sé y lo intento. Pero no soy periodista ni voy de escritor. Aunque, quién sabe… igual…

Gracias, Natacha

Saludo2

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