martes, 22 de enero de 2008

No sé cómo enfocarlo

Seguramente lo que voy a decir muchos lo consideréis una burrada, una barbaridad, algo fuera de este tiempo y contra lo que algunos lucháis (de forma equivocada, en mi opinión).
Me refiero a la aplicación de la condena a muerte a los que matan, maltratan o abusan de un niño. Que se ponga delante de mí quien no esté a favor de matar a un ser capaz de cometer tal atrocidad y lo discutimos.
Estoy cansado de oír sandeces del estilo “… había que matar a todos los pederastas…” para, a renglón seguido, decir que “la pena de muerte hay que borrarla del mapa”.
Quizás, si la justicia (la del hombre, que de la otra no entiendo) no fuese una GRAN MIERDA no me plantearía la necesidad de la condena a muerte en nuestra sociedad.
Evidentemente yo preferiría que hubiera unos valores morales, de educación y de saber estar que tiene que desarrollar cada individuo (al colegio se lleva a los niños a que se culturicen, la educación se imparte en casa). Igualmente, desearía que la justicia fuese justa, que las condenas se cumplieran íntegras (sin premios) y que se ampliaran (me parecen pocos 30 años para quien mata).
¿Por qué no estoy a favor de esto en otros casos de muerte violenta? Porque la violencia de género, el terrorismo, la violencia de bandas mafiosas, etcétera, es entre adultos y parece (solamente lo parece) que tenemos alguna herramienta para defendernos. Pero los niños no. Están indefensos ante estas alimañas.
Seguramente estoy diciendo alguna insensatez. Es posible. No me excuso, estoy muy cabreado con las últimas desapariciones, y muertes por malos tratos de niños y niñas en nuestro país y fuera de él.
No encuentro sentido a que una ¿persona? mate a un niño de fuera de su entorno familiar o de amigos, pero que lo hagan sus propios padres es denigrante. ¿Qué mierdas pasa por sus mentes? ¿Hogares desestructurados? Y los servicios sociales mientras tanto, ¿a por uvas, no? Dando pisos gratis a familias “sin recursos” cuyo cabeza de familia conduce un Porsche y su hermano un Mercedes (conozco el caso concreto). Y, mientras tanto, no hay suficientes pisos tutelados. Pero ayudas a quien manifiestamente no lo merece sí. Cojonudo lo del Estado del bienestar.
Hace unos cuantos años dimos más de veinte tortas a un estúpido borracho que, en Noche Buena, estaba pegando a su mujer y a sus dos hijos de entre cuatro y siete años. En los años posteriores no me sentía orgulloso de aquello. Ahora (han pasado casi 20 años) si que lo estoy y espero que aquello sirviera para frenar lo que empezó como una noche mala para esos pobres. Lo volvería a hacer. Sin dudarlo.
Sé que lo de la condena a muerte no es realizable, pero, al menos, no soy hipócrita. Hay que borrar del mapa las condenas a muerte de mujeres lapidadas, de resultas de juicios sumarísimos en estados totalitarios. Esas son injustas.
No sé cómo enfocarlo.

Salu2

2 comentarios:

Óscar dijo...

Hola, pues nada, que me decido a ponerte un comentario en tu blog tras leer esta entrada y porque eres mi tío. Entre tú y una amiga al final me he decidido a hacerme un blog yo también, aunque algo diferente al tuyo, tú me has animado indirectamente con tu forma de escribir y expresarte y me has hecho ver mi blog como un lugar donde poder hablar para el que quiera escuchar mis historias, relatos, opiniones deportivas u opiniones de cualquier cosa en general.
Respecto a esta entrada, decir, que, no es tan barbaridad, porque quien más quien menos alguna vez ha deseado lo peor para alguien que le haya hecho mucho daño, y en el caso de los niños, efectivamente, es peor, porque están indefensos, como tú dices. Sin embargo, estas condenas no están bien vistas socialmente y menos por la gente católica, aunque no sea mi caso, que podría pensar que sólo Dios tiene el poder de decidir cuando le llega a alguien su hora; además, es una condena en extinción en paises desarrollados y en los "USA", aunque por desgracia siga vigente de maneras atroces en ciertos países subdesarrollados, como bien mencionas. Con esto, me posiciono en contra de la pena de muerte, aunque, al igual que tú, me parece de risa las reducciones de condena que se producen por "méritos" carcelarios, sin embargo soy totalmente partidario de una ley dura con el cumplimiento de condenas y con la aplicación de la cadena perpetua, que aunque más cara para los contribuyentes, lo considero mayor castigo que la muerte. Bueno, no me quiero extender ya mucho más, espero no haber sido pesado, y haber sido claro y no haber tenido faltas de "hortografía". Un saludo.
P.D.: Otra vez nos ganará el atleti...aunque por edad no sé si llegaré a verlo.

Eduard O'Cone (Our house) dijo...

Estoy emocionado, te leo y me doy cuenta de lo que has crecido. Soy tu tío pero tú también eres todo un tío.
Lo de las faltas no es importante, lo difícil es no cometerlas. Pero, como todo en la vida, con la reflexión viene la enmienda.
Me gusta lo que dices de la cadena perpetua.
Un beso de los gordos, sobrinazo.